La desinfección y descontaminación de superficies por exposición a la radiación UVC (específicamente, 253,7 nm) se ha utilizado durante más de 40 años contra una serie completa de patógenos humanos. Se ha demostrado que el uso de dosis adecuadas de UV-C logra un alto nivel de inactivación de un pariente cercano del virus COVID-19, el SARS COV-1. La Asociación Internacional de Ultravioleta (IUVA) cree que se pueden esperar resultados similares cuando se trata el virus COVID-19 actual, el SARS COV-2.
Dado el impacto global y la gravedad de COVID-19, ha habido un enorme aumento en el interés de utilizar UVC como desinfectante. Actualmente hay en el mercado numerosos dispositivos que utilizan UVC. Hospitales, automóviles, aviones, trenes, espacios interiores comerciales y residenciales son todos posibles casos de uso para la descontaminación periódica. Otros ejemplos son el interior de autobuses escolares, aviones, taxis y otros vehículos de uso compartido, áreas de espera públicas, museos, sitios de producción y oficinas, y muchos más.
Nota: Los términos “UVC” y “UV-C” se usan indistintamente en la literatura. La radiación UVC (o luz UVC) se define como radiación electromagnética entre 100-280 nm. Los nombres alternativos para UVC incluyen UV de onda corta y radiación germicida ultravioleta, o UVGI.